Altuna mira hacia adelante
Altuna III vuelve a vestirse de blanco; ha jugado su primer partido en Eibar tras permanecer de baja varias semanas. Jokin ha tenido tiempo para reflexionar y ver con cierta distancia el Campeonato de Parejas 2016 en el que ha participado hasta que se lesionó. Altuna III mira hacia a delante.
Me siento pelotari dentro y fuera de la kantxa, las veinticuatro horas del día, pero creo que hay que separar la vida profesional de la privada y aprender a no quemarte psicológicamente cuando los resultados no acompañan.
Cuando debuté, empecé ganando y cuando ganas estás tranquilo, confías en tu juego y disfrutas en la kantxa. Y te habitúas a ganar. Los resultados, los buenos, dan mucha confianza, muy importante para que las cosas salgan bien.
Pero la exigencia ahora era mayor, también la presión. Cuando empezó el Campeonato de Parejas, tenía ansia de ganar. Jugaba e intentaba acabar rápido el tanto, a veces precipitadamente. Quería ganar.
La comunicación con la pareja
El comienzo no fue bueno. Perdimos cinco partidos seguidos. A veces fallaba yo, no tenía el día, y otras mi compañero, Merino II. Perder nos presionó mucho. Cuando acababa el partido, volvía triste a casa.
Entrenaba muchísimo, más que nunca, para sentirme de nuevo bien. David y yo hablábamos mucho pero no terminábamos de sumar juego. Para jugar en pareja, es muy importante llevarse bien, hablar y que un mal resultado no rompa ese hilo de comunicación. Me lesioné y tuve que dejar el Campeonato pero nos han quedado las ganas de volver a jugar juntos, de disfrutar como pareja y de hacerlo bien.
El apoyo de mi familia, de mis amigos y la experiencia de personas que han pasado por situaciones similares han sido decisivas para salir de esa especie de agujero.
Aprender de los errores
Pero el Campeonato ha sido positivo en muchos aspectos. He reflexionado, he mirado mi juego, a mí, y me he preguntado ¿qué ocurre? Creo que jugar en pareja es centrarse en uno pero también en las cualidades del compañero. Jugar en pareja es tener paciencia, dejar al otro que juegue y esperar el momento oportuno, saber elegir bien cuándo acabar el tanto. He vuelto a jugar y me siento bien. Miro hacia adelante.