Los frontones de José Antonio Azpilikueta
José Antonio Azpilikueta es un artista eibarrés, Doctor por la Facultad de Bellas Artes de la UPV, profesor del Departamento de Dibujo y autor de Supermendikute en DV. Entre sus exposiciones destacan Prohibido jugar a la pelota bajo multa de dos pesetas y Frontoiak & Co.
El frontón, triedro de infinitas geometrías
Cuando hice mi primera exposición sobre frontones en 2004, miraba el catálogo y me sorprendía que, después de tantos años pintando y siendo un gran aficionado a la pelota, no hubiera hecho hasta entonces un frontón.
He pintado y dibujado frontones rurales, frontones de barrio, frontones abandonados y frontones desaparecidos, frontones, todos, en los que generaciones de pelotaris han creado infinitas geometrías.
Los frontones tienen muchas particularidades, diferentes superficies, estéticas diversas pero hay algo que no falla en los de pared izquierda y es el triedro, el txoko, los tres planos que se cortan en ese lugar.
La pared del frontón, calidoscopio de luces
El pintor estadounidense Edward Hopper decía que su objetivo era pintar la luz del sol en una pared. Era su obsesión, observar cómo se proyectaba y cambiaba su reflejo por el paso del tiempo. Pensé, pues el frontón tiene ¡dos paredes! y, en esas paredes, se producen todo tipo de juegos de luz. Empecé a subir a Arrate, el frontón es maravilloso, y a observar las diferentes tonalidades según la hora del día o de la estación. El frontón de Arrate fue el primero que pinté. Titulé el cuadro Sisley-ren besagaina.
El Jeu de Paume, de frontón a Museo del impresionismo
Los pintores impresionistas han sido siempre una referencia para mí. Con 21 años fui a París. Visité, claro está, el Museo Jeu de Paume, que contenía la mejor colección de pintura impresionista del mundo. Luego la trasladaron al Museo de Orsay porque el frontón se había quedado pequeño.
Mientras preparaba la exposición sobre frontones, decidí atribuir a cada cuadro un pintor y a cada pintor una jugada, su jugada específica; a Sisley un besagain, a Hopper un dos paredes, a Renoir una escapada, a Monet un gancho de zurda… El día que pinté el frontón de Askizu, ahora cubierto, cayó una granizada terrible. Había una luz especial, era un día muy oscuro. Decidí llamarlo Jeu de Paume.
Dibujantes y pelotaris, una cuestión de perspectivas y de ángulos
El pelotari, de un modo intuitivo, conoce y aplica la geometría, es parte de su actividad. El pelotari, como el dibujante, necesita desarrollar su visión, instinto, coordinación y capacidad espacial.
Trabajar la perspectiva en dibujo es importante. A veces acudimos a la fotografía para interesarnos por lo perspectivo. Se trata de potenciar la capacidad que tiene el dibujante, que es la misma o del mismo género de la que tiene el pelotari de controlar distancias, de saberlas interpretar.
En un frontón, por ejemplo, no hay perspectiva que valga. Los fotógrafos, especialmente en los frontones industriales, cuando sacan la imagen del frontón, no pueden localizar un punto de vista que permita abarcar la superficie en su totalidad y necesariamente deben recurrir a objetivos de gran angular que deformen esa realidad. La peculiaridad de la perspectiva de un frontón, sea industrial o no, da pie a todo un juego de posiciones, de imágenes, de fugas, de puntos de fuga, dónde se producen…
Dibujante y pelotari manejan variables que coinciden. Siempre digo que la fuerza y la destreza están bien y son necesarias pero al final es una cuestión de ángulos. ¿Quien es un buen sacador? El que siempre aplica el mismo ángulo, ese ángulo que hace que la pelota vaya a morir a la pared no permitiéndole al rival meter la mano para restarla. Puede que otro saque con más violencia y más variado pero el buen sacador es el que puede repetir el mismo ángulo.
Conversaciones con José Antonio Azpilikueta