Pelota sobre papel
Es el título de la exposición del dibujante Diego Agudo Pinilla.
Voy a Eibar a verla. La exposición es en Portalea, la Casa de cultura. Falta una hora para la inauguración. El equipo de Diego da los últimos retoques y termina de pegar algunas de las tiras de dibujos con diferentes secuencias de jugadas del pelotari Juan Martinez de Irujo. En una de las paredes se proyecta el cortometraje, titulado también Pelota sobre papel. Dura unos cuatro minutos y contiene seis mil dibujos. Al cabo de un rato llega Juan con la txapela que ganó en 2014, que la cede para la exposición. El Ayuntamiento ha editado un libreto con los dibujos de Diego, algunos de los cuales reproduzco. Una joya.
Lápiz sobre papel
Siempre trabajo sobre papel. Papel y lápiz, a veces de colores, y en ocasiones tinta. Me gusta que el título refleje que es un trabajo artesanal, que evidencie esos aspectos básicos, esenciales como son el papel y el lápiz. Muy similar a esos aspectos básicos del juego de pelota, la pelota y la pared.
Formas clásicas
En mis trabajos me centro siempre en el movimiento.
Cuando vi por primera vez un partido de pelota, me llamó la atención que los movimientos de los pelotaris fueran tan orgánicos, tan suaves. No hablo del ritmo del juego ni de las jugadas, que pueden ser violentas, hablo de las posturas para ejecutar el movimiento.
Si descompongo el movimiento de un pelotari, lo que veo son figuras clásicas. La imagen que he utilizado de Gallastegui para Pelota sobre papel, recuerda a Eléuteras, el atleta del Discóbolo de Mirón. De hecho, cuando le conocí, lo veía de frente y tenía la sensación de encontrarme ante Apoxiomeno, otro de los temas tradicionales de la escultura griega. Este tipo de referencias me inspira a la hora de dibujar y hacer que las figuras se muevan, es muy sugerente.
La expresividad del movimiento
Pero el movimiento tiene que decirme algo, tiene que inspirarme porque son muchas horas dibujando en cada proyecto. Cuando decidí hacer algo sobre pelota, pensé en una animación de cuatro segundos, no más. Pero empecé a observar, a mirarlo y me apasionó. Los cuatro segundos se han convertido en cuatro minutos, aunque el trabajo hecho y editado es mucho más extenso, unos 20.000 dibujos. A base de repetir y repetir he logrado más destreza a la hora de reproducir un golpeo o un saque.
He visto algunos retazos de finales de Gallastegui de los años 50. Su figura es tan descomunal que me impresiona. A simple vista sus movimientos parecen sencillos pero, al descomponerlos, no das crédito. Cuando Gallastegui se acerca al frontis y suelta el brazo con fuerza, aunque estoy habituado a trabajar con el movimiento y la velocidad, a la hora de editar el video, la potencia es tan salvaje que, a veces, tengo que acelerar la velocidad de edición para que refleje la medida de lo que es el golpe. Habitualmente hago 25 dibujos por segundo. En ese golpe de Gallastegui o en remates de Irujo, tengo que reducir la velocidad por dibujo y aumentar el número de dibujos, es decir, descompongo más el movimiento y le doy más velocidad. La grabación empieza con unos dibujos de Gallastegui y Atano y se centra luego en Irujo, imágenes de entrenamiento, saque, algunas jugadas y la victoria. Irujo es el responsable de este enganche mío con la pelota y principal protagonista del trabajo.