Pelota y diversidad
La esfera es tal vez la forma geométrica más frecuente y la que ha generado mayor diversidad de juegos y deportes.
Básicamente, en el juego de pelota a mano, la forma de hacerlas y los materiales que se utilizan hoy día son muy similares a los del Siglo XIX. Sin embargo, las pelotas difieren unas de otras y, para muchos, las de ahora tienen poco que ver con las de antes.
Sean iguales o diferentes, mayores o menores, más duras o menos, blancas o marrones, lo cierto es que unas pelotas tienen más bote, otras se quedan, otras tienen mayor salida de frontis y otras andan más por abajo… Las hay para todos los gustos.
También la sonoridad y la elasticidad de una pelota, el bote y la velocidad, aspectos todos fundamentales, varían en función del tamaño, del peso y de la calidad de los materiales con que se fabrica: látex, lana y cuero.
Además, una misma pelota puede variar mucho según el frontis donde pegue, el suelo por el que se deslice, la temperatura o la humedad del recinto en el que se juegue o la forma de dar del pelotari.
La pintura de las paredes y la publicidad en las mismas influye igualmente en su comportamiento. En un frontis pintado, la pintura, con el golpeo, se come la pelota y esta sale menos. Si se añaden capas y capas, la pintura se come el golpe. Lógico, golpear una pared desnuda o pintada es diferente.
La publicidad también influye sobre todo en el saque. Cuando la pelota da en la pegatina o se desliza por ella, sale de diferente manera, patina y sale más rápida.
Pero esta diversidad forma parte de la singularidad de este deporte.